Sí, voy a hablar de Crepúsculo (película). Sí, estaba con lo de Sailor Moon, hice una, no seguí y ahora vengo con estas mierdas. Bueno, pues es lo que hay.
Voy a escribir según la veo, así que, veremos a ver qué sale.
La película empieza muy bien, con un cervatillo corriendo por su vida, voz de Bella en off, en modo intensa (obvio) y comparando morir con irse con su padre. Vamos, te quiero decir, yo soy ese señor y según llega la pongo en adopción.
La primera escena con el señor es en el coche, sin mirarse, casi ni hablarse… Tienen menos conversación que yo con un votante de Vox. (A todo esto, desde la primera vez que sale, la tía va con un cactus en las manos).
«Una de las cosas buenas de Charlie, es que no te agobia». Charlie lo que está es hasta el bigote de la vida en general.
Casi nada más llegar, aparecen los indios, un muchacho muy apañado y pelazo y su padre que se pelea con Charlie como si tuviesen 5 putos años. Nada, que le han ido a llevar una furgoneta de antes de que se conociesen sus abuelos en las fiestas de verano (qué verano, si en ese puto sitio es siempre otoño/invierno. El Corte Inglés ya no sabría ni qué publicidad hacer… «Ya es otoño en El Corte Inglés, y como TODO el puto año, vaya»).
Primer día de instituto. Aquí la puedo entender, porque yo de entrada a sitios que no conozco a nadie, me quiero morir. PERO resulta que nada más llegar, es superpopu. Que sí, es la novedad, pero aún así, ya en la comida tiene pandi, corrillo y hasta pretendientes y lo único que ha tenido que hacer es meterle un balonazo al «guapo» y provocar que la celosona de turno vaya corriendo a meter baza. Ni que hubiese entrado por la puerta la mismísima Charlize Theron.
Y entonces llega el momentazo: sin dar PARA NADA el cante, aparecen los Cullen. Le empiezan a contar que son hijos de acogida del doctor, que blabla, que se mudaron de Alaska hace unos cuantos años. Se supone que Edward tiene 17 años, «hace unos cuantos años», te hace pensar que no son ni uno, ni dos; pongamos que son 3. 3 años pareciendo que tienes 17. Así, desde los 14, y a todos pareciéndoles supernormal el tema. Es lo que tienen los pueblos pequeños, que llevan generaciones casándose entre primos, porque si no, no se entiende.
El tema es que la rubia, la que parece que tiene como 27 años, está con el cachas, la morenita, está con el que parece que le han metido un palo por el culo. Y luego ya entra él, misterioso, solitario y magnético. *Momento miraditas*.
Primera clase juntos, resumo rápido, hay un ventilador, a Edward le llega el olor, se tira toda la clase como si Bella estuviese recién salida del vertedero de Valdemingómez, mientras ella se huele el pelo disimuladamente en plan «pero si me he dado esta mañana la ducha del mes». Pero todo mal, acaba la clase y él se va corriendo a que le cambien de asignatura, pero le toca joderse y a la insulsa le sienta fatal, claro.
*Comida familiar insulsa*. *Llamada absurda con la madre que no aporta una mierda*.
Ella en modo flamenca, en el parking del instituto, rollo «se va a cagar ese cuando venga», pero resulta que el tío anda de pellas toda la semana.
*Cambio de rollo radical*. *Un señor corre perseguido, un señor muere*.
*Llueve mazo*. *Bella, como buena damisela en constantes apuros, es patosa, resbala y cae*. *Su padre le ha cambiado las ruedas a la tartana, porque con hielo y esas gomas de cuando su tatarabuela estaba en el colegio, igual se le mata la niña (por lo que sea, le tiene cariño, a ver si nos enteramos del motivo en algún momento)*.
A clase, uno le intenta pedir que vaya con él al baile (colega, los yankis y los bailes estudiantiles), otro le interrumpe adrede porque también querrá pedírselo él, Bella pasando de los dos porque, oh, Cedric Diggory ha vuelto, ¡con Hedwig! Quiero decir, que ha vuelto Edward, pero a mí decidme si esto fue algo CASUAL:
Y ahora es supermajo, amigui, simpático… Vamos, pa’ mandarlo a la mierda. Claro, que lo de ella interrogándole sobre por qué se ha ido. Tela. Al final le dice, huy, tenías los ojos negros antes. El otro se raya y se pira. *Pasamos al parking*. *La niña con los auriculares en su parra. El otro colega derrapando. Cedric salvándola heroicamente. Sus hermanos mosqueados. Todos en momento crisis*.
Total, que la cosa se va enredando porque ella insiste en saber qué cojones ha pasado, cosa que no le hace ni puta gracia a la Rosalind (quedaos con su nombre, que esta es la siesa oficial), el otro que no quiero ser tu amigo, pero sí, pero no… El del pelazo contándole leyendas de lobos y movidas y relacionándolas con los Cullen. Los Cullen que cuando hace sol, SE PIRAN.
Bueno, pues te das cuenta de que Bella no es el cuchillo más afilado del cajón, cuando necesita irse a tomar por saco a otro pueblo a una librería especializada a por un libro sobre leyendas, ver que no come, saber que lee la mente, tocarle la mano para ver que está helado y hacer 300 búsquedas en Internet para hilar que es un vampiro. Mira, chica, soy yo y te muerdo nada más que por gilipollas.
Al respecto de la excursión a la librería, cuando es atacada, aparece Cedric a salvarla y dices «Oooooh, ¡qué bonito!». A ver, un momento, guay lo de salvarla, porque de buena se libró, PERO, ¿este chico no es un poco acosador? A ver, que hasta ella que no es muy lista le pregunta si la está siguiendo. Antes de eso, ya hemos visto como este señor estaba en su cuarto viéndola dormir, como si fuese una cosa preciosa. ES UN ACOSADOR, JODER.
Y fin de la parte 1, que me estoy limitando y aún así, solo llevo 42 minutos de película.