Latido III

Divorciada de sí misma
Corrió atravesando todos los espejos
Rompiéndolos en mil pedazos
Dejándoles que se clavasen en cada centímetro de su cuerpo
Una vez más

Aquel ruido ensordecedor de cristales rotos
Retumbaba en cada rincón de su mente
Torturándola

Apretaba los dientes y mascullaba
A veces gritaba que escaparía de su tiranía
Pero las únicas armas contra ellos que conocía…

Eran las que ellos mismos le habían enseñado

Y las empuñaría.